Tánger (Marruecos)
"Ven conmigo a la Casbah" es sinónimo de entrar en la legendaria Tánger. En el viejo barrio árabe se encuentra la Casbah más famosa de todo el país. Como "Una paloma posada sobre el hombro de África", Tánger ha sido codiciada por su posición estratégica. Desde la fundación de Tingis en el siglo IV a.C., cartagineses, romanos, fenicios, vándalos, árabes, españoles, portugueses e ingleses han luchado celosamente por controlar este territorio. No hay otra ciudad de África más cercana a Europa ni otro Oriente más amado por artistas europeos o americanos, pintores, músicos o autores. Delacroix, Saint-Sains, Matisse, Van Dongen, Tenessee Williams, Jean Genet, Joseph Kessel, William Burroughs y Paul Bowles, por nombrar sólo algunos, vivieron en Tánger y quedaron cautivados por su hechizo. Siguiendo sus pasos se puede entrar en el elegante Tánger. Por la puerta de Bab Erraha, a través de una ruptura en la muralla se llega hacia una impresionante vista sobre la ciudad y la bahía. Desde allí se escuchan los sonidos que llegan del puerto y de la Casbah. Uno puede seguir sus caprichos y su inspiración a medida que se propone explorar Tánger. Está el Grand Socco (el gran zoco), dominado por el minarete en loza multicolor que se levanta sobre la mezquita de Sidi Bou Abid (1917). En este lugar los campesinos con sus “foutas” a rallas rojas y blancas y sus anchos sombreros adornados con pompones, tejen un camino entre tenderetes y tiendas donde exhiben la fruta de brillantes y vivos colores, productos de alfarería y tejidos.